¿Viajas para ir de shopping? En la década de los 2000, cuando Abercrombie & Fitch, American Eagle y GAP no llegaban a México, muchos viajabamos para poder comprar la ropa que no abía en México y que fuera de marca. Sin embargo, ahora en redes sociales se mueve mucho el comprar local, sustentable y artesanal. ¿Es una tendencia? ¿Qué hay detrás?
Más que una tendencia, comprar responsablemente al final se centra en el poder contar historias de las manos detrás de lo que compraños y saber que lo que adquirimos esta ayudando a ese artesano o diseñado. Así que, ¿cómo viajar para ir de shopping consciente?
1. Reconoce tu estilo de vida
Suponiendo que ya has identificado tu estilo, es importante reconocer el estilo de vida que llevas. Eso te ayudará a poder consumir de manera más responsable. Por ejemplo, en Japón venden kimonos hermosos. Dan ganas de comprarse todos, pero reflexionando ¿cuando vas a usar un kimono en México?
2. Cuenta las historias de los lugares que visitas
Nuestra ropa cuenta una historia: lo que usamos refleja nuestra personalidad y lo que es importante para nosotros no sólo al viajar, todos los días. Nuestro outfit y todo lo que compramos cuenta la historia de quienes lo crearon. Es como si fueramos embajadores de los creadores y diseñadores detrás de cada prenda o artículo que compramos. Por eso, al comprar ropa, zapatos o accesorios, hay que leer las etiquetas para saber en qué páis se fabrica el producto y los materiales que se utilizan para su producción.
3. Cambia las cadenas conocidas por los mercados y tiendas locales
El Zoco de Marrakech, los puestos con linternas de Hoi An en Vietnam, la Feria de San Telmo en Buenos Aires y el mercado de Coyoacán tienen una cosa en común: productos increíbles que no se encuentran en otro lugar. Por ejemplo, tengo una blusa que compré de una tienda de artesanías en Chiang Mai, Tailandia. La blusa es como un confeti lleno de colores con fondo blanco. Puedo usarla con jeans para un fin de semana pero también para una cena formal manteniendo todo lo demás en negro. Cada vez que me la pongo me preguntan dónde la compre. En lugar de contar sobre mi increíble viaje, cuento la historia de la diseñadora que la creó con sus manos al ir cociendo cada lentejuela.
Viajar es disfrutar, conocer, aprender y para muchos, comprar. Entonces, qué mejor que comprar productos que nos permitan contar historias sobre las manos detrás de nuestra ropa y no solamente responder "Zara".
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